Señorito Amarillo

¡Menuda sorpresa al entrar hoy en clase! Nos hemos encontrado todo desordenado. Haydée nos prometía que ella, al salir el martes de clase, dejó todo guardado en su sitio, pero hoy, hemos visto que por mitad de la clase había: una papelera, unos aros, platos de la cocinita, un taburete, sillas... ¡Todo por medio!
Era un misterio y... algo extraño, ya que todas estas cosas tenían algo en común, el color. Todo era amarillo.

Le hemos preguntado a Tuli, que él duerme todas las noches en clae, y nos ha dicho que todo tiene una explicación:



Resulta, que ha venido un amigo, el Señorito Amarillo. Y le ha estado enseñando el aula, los trabajos que hemos hecho, las fotos, nuestras mesas, donde guardamos la plastilina, los cuadernos... Pero que el Señorito Amarillo es muy especial, y no puede pisar el suelo si no es de color amarillo. Así que Tuli tuvo que poner todas esas cosas por la clase de color amarillo para que su amigo pudiera pasearse por ella.
Ah... entonces, era eso, el Señorito Amarillo ha ido dando saltos por la silla, el aro, el plato de la cocinita, la papelera porque no puede pisar otra cosa que no sea de color amarillo.
Una vez descubierto el misterio, Tuli nos ha presentado al Señorito Amarillo. Es muy suave y habla muy muy deprisa. Le encanta el sol, la mostaza, los girasoles, las patatas fritas, los plátanos, los limones... Hemos estado jugando con él a recorrer la clase, le ayudábamos a que sólo pisara en cosas amarillas (y no de ningún otro color, como hemos tratado de engañarle). Después de tanto brinco por la clase. Al Señorito Amarillo le ha entrado hambre, y, como buenos anfitriones, le hemos puesto la mesa (todo de color amarillo, claro); y le hemos ofrecido unos riquísimos plátanos y un delicioso zumo de limón.
Esperamos que vuelva a jugar pronto con nosotros porque nos hemos reído muchísimo.