El viernes Irene trajo unas flores de primavera a clase, era un regalo para las profes, pero, sin saberlo, traía otro regalo para todos nosotros. Detrás de una hojita de esa flor, se escondía un pequeño caracol. Nos quedamos muy extrañados al verlo, y decidimos apadrinarlo en nuestra clase, ya que Saladita se ha marchado a otro cole donde no tenían, ni siquiera sabían, lo que era mascota.
Nos pusimos a buscar en internet qué comen los caracoles, y cómo podríamos hacerle una casita.
Hemos acordado que en cuanto uno de nosotros obtenga una red (de patatas, cebollas, juguetes...) lo traerá para hacerle un hogar adecuado. Además, si encontrásemos más caracoles, los podríamos guardar para que hiciera compañía a este nuevo amigo.
Raúl, que se ha preocupado mucho por Kiko Caracol, ya le ha traído una zanahoria para que coma. Os seguiremos contando cositas sobre este nuevo compi.
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